lunes, 27 de septiembre de 2010

Aqueras montañas

Vista de los Pirineos, ayer, desde la cima de Monte Perdido (3.355 metros)


La Escupidera, ayer, alrededor de las 10.30 am.


Aqueras montañas: homenaje a José Antonio Labordeta.

Empresas medioambientales

Leía uno de estos días que el director del Área de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de KV Consultores de Ingeniería, Proyectos y Obras, Javier Arbaizar, ha dicho que una de las aspiraciones de su empresa es "tener la posibilidad de que los habitantes de este planeta puedan disfrutar de agua pura, aire puro y suelos fértiles y conseguir un desarrollo que colme las necesidades de la presentes generaciones sin comprometer aquellas de las generaciones venideras".

Me parece un loable fin y lo aplaudo.

Aquí más información del proyecto en relación al que hizo estas declaraciones:

La Comisión Europea aprueba el proyecto CREAMAgua, presentado al programa LIFE +

La Comarca impulsa un proyecto para mejorar la calidad del agua del Flumen

viernes, 24 de septiembre de 2010

En la cima de la Penísula, Mulhacén (3.478,6 metros)

Un día genial, aunque reconozco que fui algo estresada hasta que no pisé los 3.478,6 metros de altitud del Mulhacén.

Me alegro de haber podido compartir esta aventura con quienes salen en la foto y con alguna otra persona que se quedó por el camino y también con todos quienes facilitaron que hollaramos la segunda cumbre más alta de España -después del Teide (3.718 m.)- y la más alta de la Península.

Las enseñanzas que extraigo de esta expedición son:
-La ilusión y las montañas. Todas las que fuimos pusimos ilusión en lograr el objetivo y, entre unas y otras, lo conseguimos.
-Querer disfrutar de las montañas: la excursión transcurrió, en general, sin sobresaltos; aunque no teníamos claro si nos iba a dar tiempo a hacer cima, por lo menos queríamos intentarlo y disfrutar en el intento y eso hizo que la marcha transcurriera con alegría y tranquilidad, aunque con ritmo, y eso, estoy segura, contribuyó a conseguir la cima (aunque, como ya he dicho, yo sí iba un poco estresada, traté de que no se notara mucho, salvo en ir marcando la marcha).
-Ir con el material adecuado.Da mucha seguridad y permite disfrutar más. A pesar de esto, mis acompañantes, todas con zapatillas (nada recomendable), tuvieron la pericia de pasar por todos los neveros, unos seis, que tenía este verano el camino al Mulhacén hecho desde los pies del Veleta, por la abundante nieve caída en invierno.
-Nivel similar. Ya lo he dicho otras veces, pero lo repito: ir un grupo compacto, con un nivel similar de marcha, contribuye al éxito, especialmente si vas con el tiempo justo y no hay margen para adaptaciones o esperas.

Dejo a mis amigas acompañantes que agregen algo si lo consideran conveniente. ¡¡Gracias a todas!! No vimos el mar Mediterráneo ni vimos África, pero la inmesidad de la sierra nos capturó y vuestra alegría y confianza dio un sabor especial a la cima.

Algunas fotos (con la cortesía de Mary):



AVISO DE INTERÉS: La conductora del autobús que sube hasta Posiciones del Veleta nos aconsejó poner el móvil en modo vuelo porque así consume menos batería al no estar constamente buscando red. Lo hice así y, efectivamente, me duró más la batería.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Una noche en el Pico Cabañas (2.026 m)

Ésta es una de las excursiones que seguro que no voy a olvidar en la vida. Empezó como la aventura de dedicar uno de los últimos días de las vacaciones de verano a hacer una cima señalada de la Sierra de Cazorla, en Jaén, a través de las instrucciones de un experto montañero plasmadas en un papel y acabaron siento 24 horas de emociones compartidas.

Hicimos noche, de forma no programada, otra amiga y yo en la cima del Cabañas y allí pudimos ver las estrellas, observar constelaciones como la de Casiopea, y un satélite que parecía una estrella y, al amanecer, ver, en la lejanía preciosa de colores naranjas y rosas, el mar de Almería.

Las enseñanzas que he podido aprender son muchas:
-La montaña, compartida, es más montaña. Tanto con tus acompañantes como con las personas que te encuentras en el camino.
-Hay que mirar al reloj. Hicimos cima tarde y deberíamos haber vuelto por el mismo camino. Dios quiso que siguiéramos adelante... nos regaló una aventura... y nos previno para futuras.
-Salir con mucho más tiempo del previsto; salir pronto y así, ante imprevistos, siempre queda margen de maniobra. En nuestro caso, pensábamos que nos sobraba el tiempo, la verdad, pero no fue así en absoluto.
-Cuando alguien me sugiera alternativas, escucharlas bien y memorizarlas con alguien más del equipo. En esta ocasión, esa alternativa nos hubiera venido muy bien (unas cuantas fotos al camino alternativo propuesto desde la cima, también nos hubieran podido animar a coger esa alternativa).
-Llevar el móvil con suficiente bateria. Gracias a eso, pudimos avisar.
-Llevar siempre mapa y consúltalo. Nos fue útil en varios momentos, y, cuando se desdibujó el camino, lo que nos obligó a retroceder y ver anocher en la motaña, no miramos el mapa, sólo las instrucciones descritas en el papel. Seguramente, nos hubiera orientado.
-Disfrutar de cada instante y buscar soluciones constructivas y serenas con el resto del grupo. Así se vive cada experiencia como algo positivo y enriquecedor. Ese fue nuestro caso.

Bueno, por ahora esto es todo. Seguro que hay más cosa que decir... Teresa, puedes tomar la palabra. Yo sólo añado que me he quedado con las ganas de hacer el tramo que no concluimos y que, aunque no lo veo probable a corto plazo, el regreso al Cabañas ya está anotado en mi lista de pendientes.

Y, también, dar las gracias a todos por todo lo que ocurrieron estas 24 horas y perdir disculpas por las molestias causadas, a las personas que estaban abajo y a las que estaban arriba o a mi lado. :-)

La luna que se ve en la foto de arriba era muchísimo más grande. La cámara del móvil la ha reducido mucho. En ese mismo instante, al otro lado de la montaña, se veía esto:



Teresa, esta foto es para ti... a ver si te sirve de orientación para saber por donde fuimos, teniendo en cuenta el Picón de Hernández (al fondo, el embalse de la Bolera, también de gratos recuerdos).




En la cima:
En la siguiente, al fondo, se intuye Sierra Nevada (se veía mejor allí):
En la foto de abajo, al fondo están, en teoría, que yo no las conseguí ver, Úbeda y Baeza.

lunes, 13 de septiembre de 2010

He vuelto...

... pero no me he podido actualizar. Espero hacerlo en los últimos días.

Dejo una foto de regalo. ¿De dónde crees que es?